LA SITUACIÓN DE LOS EMIGRANTES EN LOS PAISES RECEPTORES
UN ARTIGO DE OSVALDO MENDEZ.
Este periódico no tiene informaciones adecuadas sobres las condiciones de vida y de trabajo de los emigrantes en los países receptores. Tampoco encontramos las ofertas de trabajo o incitación a la emigración a través sus páginas. Pero tenía informaciones sobre las aportaciones de los emigrantes a la economía de algunos países como la República de Argentina. Parece que este país tenia un lugar importante en las relaciones de España con la América en aquélla época. Es el sólo país de América Latina cuya situación interna fue periódicamente reproducida en la voz de Galicia. En su número de 12 de diciembre de 1912, leemos algunas informaciones sobre el progreso económico de Argentina gracias al fenómeno migratorio.
En primer lugar, dada la manera como se puebla y desarrolla la riqueza en Argentina, por ejemplo, debido a un contingente de inmigración y en particular al elemento gallego, es necesario reconocer que la gente que aquí perdemos todos los años son valiosos organismo de trabajo, capaces de crear núcleos rurales, no como los han dejado aquí en España, sino de una actividad más intensiva y perfeccionada, capaces de entrar de lleno en el movimiento comercial e industrial de un pueblo adelantado y asimilarse por completo a su actividad económica, lo que perdemos es, pues, una partes de la sociedad, de cuyo alto valor económico y social no cabe la menor duda.
Los emigrantes gallegos no sólo en Argentina sino en todos los países de América cuya presencia era enorme, han contribuido al desarrollo de la riqueza económico de estos países. La mano de obra campesina era dominante en la emigración gallega, por eso, ellos realizaron los trabajos duros y humildes. Era difícil de integral el sector de servicio. En Argentina, las mujeres trabajaban en el servicio doméstico, o en la costura y lavado de la ropa. En Buenos Aires, los gallegos suelen ser mozos de café o de restaurante, dependientes de comercio, bolicheros o despenseros; porteros o encargados de inmuebles, enfermeros o loqueros, tranviarios, etc. El trabajo más frecuente de las gallegas es el de muchachas o sirvientes, y algunas las más preparadas de enfermeras. En la Habana, los gallegos eran vendedores ambulantes, mozos de café y otros oficios modestos como artesanales y lavandería. En Montevideo, los gallegos trabajaban como empleados en el pequeño comercio, en la pequeña industria, o en los servicios, portuarios, transportes, porterías, pequeña hostelería, carnicerías, mozos de café, o servicios domésticos en el caso de las mujeres. Lo mismo ocurre con los gallegos de Brasil, estos últimos se agruparon en un número de pequeños ciudades como, Sao polo, Santos, Campinas y Belem.
Sin Embargo, parece que las condiciones de trabajo eran algunas veces difíciles e humillantes, no tenemos aquí los datos para cada país en particular pero encontramos en la voz de Galicia del día 2 de marzo de 1913, las informaciones sobre los maltratos que sufrieron los trabajadores españoles en Brasil.
En el local de la sociedad de carpinteros, La Emancipación, cordelería, 32, se celebrará hoy, a las diez de la mañana, un mitin.
Tiene por objeto este acto hacer propaganda contra la emigración a la República de Brasil.
Para esto hablará Antonio F. Veietes, delegado de la confederación operaria brasileña, que viene en viaje de propaganda, en aquel sentido, por varias poblaciones de España.
Ayer se distribuyo a la población una hoja impresa convocando al mitin, en el cual, Antonio F. Veites dará a conocer los malos tratos de que, según él son victimas los trabajadores que tienen la desgracia de emigrar a Brasil.
No encontramos en este periódico datos relativos a los contratos de trabajo, sino algunas informaciones sobre los mutuales y los centros culturales gallegos en los países receptores.
Los centros gallegos en los países receptores.
La segunda mitad del siglo XIX, fue determinante en la formación de los centros culturales y mutualismo de los gallegos en América. Lo primero era la sociedad beneficencia gallega de la Habana con el objetivo de socorrer a los gallegos necesitados, prestarles asistencia médica, y en su caso repatriarlos, a costa de la contribución de los socios y de los eventuales legados de benefactores. Este centro nació en el año 1879 por la Iniciativa del periodista Waldo López Insua. Además de los objetivos citados arriba, el centro proyectaba la construcción de una Biblioteca y una escuela de adultos con la enseñanza de las letras española y gallega, la historia y la geografía de España y Gallega a los hijos de los emigrantes. Todas sus actividades se orientaron en la preservación de los lazos culturales entre los emigrantes gallegos en Cuba.
Esta iniciativa de los gallegos de la Habana fue imitada por las otras comunidades gallegas de América, así se fundaron centros en Argentina, Uruguay, Brasil, Méjico, Chile, etc.
El centro gallego de Buenos Aires se fundó el 27 de abril 1879, por iniciativa del periodista Cesar Cisneros Luces. Sus objetivos eran ofrecer caja de Ahorro, escuelas nocturnas y bibliotecas a los emigrantes. Este centro se convirtió en el siglo XX como la más poderosa institución de la emigración gallega, tenía un hospital de cinco pisos en Buenos Aires, con más de 400 camas. El centro sostiene la editorial Galicia, para la publicación de revista cultural y gran numero de libro en español y gallego. Contribuyó también a la formación de la academia gallega en la Coruña (1906), y del Seminario de Estudios gallegos en Santiago. Se fundaron centro gallegos en otras ciudades de Argentina entre 1889 y 1892, como Córdoba, corrientes y rosario. Otros países como Brasil, Uruguay y México tenían sus centros Gallegos.
Gracias a estos centros los emigrantes gallegos contribuyeron al desarrollo de varios proyectos en la región de Galicia. El 20 de mayo de 1913, apareció en la primera pagina de la Voz de Galicia elogios a los emigrantes, estos últimos han celebrado una fiesta de homenaje a Manuel Murguía patriarca de las letras gallegas, con motivo de su octogésimo aniversario de nacimiento. En este articulo, el periódico destacó las labores de los emigrantes en Galicia.
En esa labor meritoria de introspección regional, de abocetamiento de la personalidad gallega- que coincide con las ansias autonómicas que hoy se sienten en todos los pueblos los conterráneos emigrados juegan un papel importantísimo.
Esos gallegos que sostienen escuelas, que fundan hospitales, que hacen pronunciar con elogio el nombre de la región en los países extranjeros donde residen; esos gallegos, ahora con motivo de esta fiesta solemne, de este justo homenaje al patriarca de nuestras letras acaban de poner digna la corona inmarcesible a su gloriosa historia de honradez, de sacrificio, de abnegación, de trabajo y de patriotismo.
Por ellos, tanto ó mas por nosotros, concebimos la posibilidad de una Galicia fuerte, prospera, pujante, con personalidad propia en el concierto interregional de soberanía española, tan menoscaba basta la fecha por el absurdo y monstruo centralismo opresor.
Este artículo reconoció que la emigración no es una perdida por España, al contrario los emigrantes pueden contribuir al progreso económico y social de su país.
Más adelante, el día 15 de noviembre del mismo año, la voz de Galicia publicó informaciones sobre la campaña de Rafael F Calzada en Argentina para obtener la contribución de los emigrantes gallegos y asturianos residentes en este país por la construcción del ferrocarril de la costa.
La iniciativa que plantea el señor Calzada puede ser de un excelente resultado a aquel importante fin.
Además pudieran muy bien los capitales de asturianos y gallegos, allí residentes, ser base para la construcción de una sociedad bancaria que acometiese la construcción del ansiado ferrocarril.
Los centros y asociaciones de emigrantes gallegos en los países receptores eran necesarios para mantener viva la cultura gallega entre los hijos de los emigrantes. Al lado del papel cultural, los centros ayudan a los gallegos en dificultad y contribuyó de una manera a otra al desarrollo de algunos proyectos importantes en Galicia.
O longo de muitos días fun recollendo estos artigos extraídos a Revista Celtiga :
UNHA NOVA ACHEGA RELACIONADA CO CONSULADO DE URUGUAI EN VIGO :
Estatística migratoria elaborada polo Consulado de Uruguai en Vigo, 1953
Para poder entrar no país, os e as emigrantes tiñan que presentar unha serie de documentos ante o consulado do país ao que se desexaba emigrar. Este expediente acredita de maneira moi visual as profesións declaradas polos emigrantes que marchaban cara a Uruguai en 1953. Podemos ver como é moi similar o número de homes e mulleres emigrantes. O elevado número de mulleres e menores débese ao reagrupamento familiar; o marido e pai xa asentado no país reclama a súa familia para estar xuntos. En canto ás profesións, aínda que predominan os e as labradoras, aparecen outras solicitadas para traballar nas fábricas ou na construción, como electricistas, chapistas, canteiros, albaneis, mecánicos, carpinteiros, vidreiros, ferreiros…, e algunhas máis cualificadas, como oficinistas, técnicos de radio, comadroas, dentistas etc. Tamén está presente o sector da hostalaría con camareiros, panadeiros ou cociñeiros. En canto aos oficios considerados femininos, aparecen desagregados as serventas e as modistas, aínda que, se temos en conta os números, moitas delas non aparecen reflectidas, seguramente por declarar que “non traballan” ou que realizan “os seus labores”.
Fondo: Consello da Cultura Galega. Arquivo da Emigración Galega