LA GRAN OBRA DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO.
No capítulo VI aparece reflexado o seguinte :
O CASTRADO
Una bonita pontella sobre el río, en el lugar de O Castrado ( parroquia de Cerponzóns), y el pequeño remanso que surge en el medio del bosque invitan a detenerse.
El entorno natural que rodea aquí al peregrino tampoco pasó desapercibido a sus antecesores en el Camino. Si bien los peregrinos en sus relatos siempre han tendido a apuntar los aspectos prácticos de sus muchas veces difícil marcha, no han faltado tampoco los que se han parado a contar la hermosura natural que los envuelve. Así, Corsini, uno de los relatores de la comitiva de Cosme de Médicis, nos detalla, después de pernoctar en Pontevedra, que el Camino de Padrón tiene apenas seis leguas de distancia, y es muy montañoso y habitado en algunas partes, con muchos frutos y abundante agua en el valle.
En términos parecidos abunda también Domenico Laffi, uno de los jacobeos más conocidos de todos los tiempos, que peregrinó reiteradamente a Santiago.
En su libro “Dalla tomba alla culla é un lungo passo”, dónde refleja su impresión:
“Costeando el camino por toda la orilla del Océano Atlántico, encontrándose continuamente hermosas ciudades, bonitos países, ricos en limoneros, cedros, naranjos, no solo en jardines sino también en los campos, siendo muy curioso ver en los bosques juntos y mezclados, robles, castaños y otros árboles, naranjos y limoneros, nacidos ahí naturalmente y de altura como los demás árboles.