É VOS QUE LLE CANTADES, E A VÓS, QUE VOS CANTABAN ?
Os entendidos din que antes de nacer xa recoñecemos ás nosas nais pola voz, no seo materno fomos tendo as primeiras vivencias, elas falábannos, arrolábannos, cantábannos nanas e contabannos contos.
Recordas os contos ou as nanas que che cantaban de cando eras unha criatura ?
É agora, que cantas tí os teus fillos ou netos ? Contas algún conto ou nana que che contaban a tí ?
De novo, grazas a vosa colaboración, fun preguntando. Estás foron as respostas :
1-Miña avoa cantaba o de esta nena ten soniño, mais non recordo.
2- Non recordo o que me cantaban, os contos que recordo eran os de Caperuchiña, Os tres porquiños etc. eu a meus sobriños cantaballe cancións de Mecano.
3-O meniño ten soniño, oh, oh, oh, oh, abre un ollo e cerra o outro, oh, oh, oh, oh…
4-Tan tan tan culler de pau e cunca de madeira: O meu neno está na lareira.
Tin, tin, tin culler de prata cunca de pazo: o meu neno está no regazo.
Eah, eah, eah, culler de ouro, cunca de cristal: o meu neno é príncipe real.
5-Recordo que me contaban o conto do home do saco.
6-La canción del gatito que subía por la chimenea, era así : quién es el gatito que sube por la chimenea, caramelitos titos titos para comer para guardar…
7-Me contaban Los tres patitos
8-A mi me contaron los cuentos de Caperucita, Blancanieves, La Casita de Chocolate…
9- Mis tías me contaban cuentos que ellas mismas se inventaban.
10- Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos me acompañan, con la Virgen María en medio que me libra de un mal sueño.
11- Levántate José, enciende la Candela, mira quién pasa por tu cabecera, son los angelitos que andan de carrera, pasa uno, pasan dos, pasa la madre de Dios, pasa un caballito blanco que alumbra todo el campo, pasa un pasajero que alumbra todo el cielo
12- Yo canto con mi nieto la canción de la Carolina tiene un lagarto pintado…
13-Mi madre lo que nos decía en plan humor era: “érase una vez un rey que envía tres hijas , las metió en tres botijas y las tapó con pez … quieres que te lo cuente otra vez?…” cuando le decías que si o que no te decía: “ pero yo no te pregunto si sí o si no lo que te digo es que érase una vez un rey que tenía tres hijas que las… lo volvía a repetir…
14-O Nome dos dedos : Pequeniño, Medianiño, Pai de todos, Furabolos e Matapiollos…O rematar facíanche cóxegas
15-Coa palma da man extendida, facíanche cun dedo círculos e cantaban
Palma repalma chica morena, como la quieres, grande o pequeña ?
Según o que responderas, dábanche unha palmada forte ou frouxa
16-Meu pai, que sempre foi moi meniñeiro, (aínda o é agora) sempre nos cantaba a canción dos paiasos da tele : Hola don Pepito, Hola don José…
17- A min sempre me daba muita rabia cando miña nai me decía : Queres que che conte o conto da boa pipa ? Eu decía que sí e de novo volvía a preguntarme…sempre igual, eu desesperado esperando que algún día mo contase…jajaja.
18- Recordo un que era algo así : unha vez era un home que iba polo monte, queres que cho conte ? Eu respondía inmediatamente que si, quería saber o que lle pudera pasar, pero meu avó escachaba de risa e volvía a preguntarme : unha vez era un home que iba polo monte, queres que cho conte ? Eu de novo respondia que siiiii, cada vez poñíame mais cabreado !
Meu avó contestaba :
Eu non che digo si; digo que unha vez era un home que ía polo monte ¿queres que cho conte?
Xa cabreado contestéi que non !
Meu avó entonces decía : Eu non che digo non; digo que unha vez era un home que ía polo monte ¿queres que cho conte?
Pois si !
Despois de repetir un cento de veces é de días, contestoume :
Pois voucho contar. As nenas do cu cosido, meu Deus querido, non poden andar.
19- Miña nai e mais a túa andan no río berrando por culpa dunha galiña que ten amores co galo.
20- A min meus avós contabanme en galego contos inventados por eles.
21- Durme meu neno durme, que teño que facer, lavalos pañales e tamen coser.
Durme meu neno durme, que teño que facer, lavalos pañales e tamen coser
Este neno quere que o durma eu, que o durma sua nai, que foi quen o pareu.
22-A min non me cantaron nunca ningunha nana. Miña avoa cantáballe as miñas fillas, e repitese a historia, eu tampouco o fixen coas miñas fillas e si coa neta.
23- Vaste rir, resulta que como son moi mala cantando, o único que lle canto é o Dios te salve Maria, e a Santa María, que se cantaba no rosario da igrexa, é queres saber que funciona, logo se queda a dormir e mira que eu de relixión ben pouco.
24- Contos os típicos de toda a vida aunque o que sempre nos decían a un primo e a min pa que salisemos de debaixo das mesas era que os nenos que facían eso quedaban enanos e chepudos e que por meterse debaixo das mesas, morrera no pobo do lado un pequeno de tristeza porque os nenos bos, que obedeceran os seus pais medraron todos e foron listos e bonitos, pero ese quedou pequeno e rechoncho e feo por non obedecer os pais, unha bruxa botoulle ese conxuro.
A bruxa iba a ser unha persona que pasara con unha vara na man, e naquela época, toda a xente andaba coas varas, para falarlle as vacas. Así que o medo podía, hasta que nos demos conta que era conto deles.
25- Éste niño lindo que nació de día, quiere que lo lleve a la romería. Duérmete mi niño, duérmete mi sol, duérmete pedazo de mi corazón, de mi corazón, de mi corazón, duérmete mi niño, duérmete mi sol.
Éste niño lindo que nació de noche, quiere que lo lleve pasear en coche, orroro mi niño, orroro mi sol, orroro pedazo de mi corazón, de mi corazón, de mi corazón, orroro mi niño, orroro mi sol.
26- Hola Juan, a mi cuando era pequeña mi padre nos contaba unos cuentos increíbles, los inventaba él y cuándo nos tenía embobados lo cortaba y nos mandaba a la cama, el día siguiente se nos hacia eterno esperando que acabara el cuento.
Y mi madre nos cantaba las canciones típicas de aquellos tiempos, duérmete mi niño o jesusito de mi vida.
27- A mis hijos le gustaba que le leyese libros, mejor que cantar, debe ser que tengo una voz tan bonita…
28- A mis nietos les encanta que le cuente historias de lo que hacían sus padres de pequeños, así si que no los aburres, porque cuando son pequeños le regalan los muñecos con música, pero ahora las historias de sus padres de cuando eran niños como ellos les encantan.
29- Este niño tiene sueño, muy pronto se va a dormir, tiene un ojito cerrado y el otro a medio abrir
30- Duérmete niño, duérmete, que viene el coco y se lleva a los niños que duermen poco, duérmete, niño, duerme, que viene el coco.
31- Teño un conto que sempre está no meu recordo, o seu título La Flor de Lililá
Esto era una vez un Rey que tenía tres hijos. Y uno de ellos se le murió.
El Rey va y les dice a los dos que le quedaban:
— Hijos míos, vais a ir al campo y me vais a buscar la flor de Lililá. Quien la encuentre, será la Corona para él.
— Sí, padre, mañana nos levantamos temprano y vamos a buscarla.
Así lo hicieron y después de mucho andar, andar, llegaron a una encrucijada. El mayor va y le dice al chico:
— Mira, tú te vas a ir por ese caminito y yo me voy a ir por éste. El que encuentre la flor de la lilá da una voz y nos reunimos aquí.
Después de mucho buscar, el pequeño tuvo la suerte de encontrarse la flor de Lililá. Conque se vuelve pa atrás y empieza a dar voces pa avisar a su hermano mayor.
— Ámonos a Palacio, dijo el mayor
Y cuando iban por el camino, el mayor mató a su hermano pa quedarse él con la Corona.
Conque lo enterró allí mismo, pero con el dedo pulgar fuera.
Y le nació una varita mu grande y le salieron allí unas flores mu bonitas.
Al llegar a Palacio el hermano mayor le dijo a su padre que traía la flor de la lilá.
— ¿Y tu hermano?, preguntó el Rey.
— Pos se habrá perdió en el bosque, padre.
Estuvieron esperando algún tiempo y al ver que no venía, le dieron al mayor la Corona.
Entretanto, un pastorcito con sus ovejas apareció por aquellos lugares, vió la varita y la cortó.
— ¡Huy, qué flores tan bonitas! Se las voy a llevar a mi madre.
Al cortarla, empezaron a salir de la varita unas gotas de sangre. Se fue a un regato próximo, enjuagó la varita, se la puso en la boca y empezó a pitar. Y se oyó:
“Pastorcito, pastorcito, no me dejes de tocar, que mi hermano me mató por la flor de lililá”
— ¡Huy, qué canción tan bonita! Pos ahora me voy al pueblo, empiezo a tocar y me tiran perras y así me ganaré la vida.
Conque se fue al pueblo y empezó a tocar por las calles. Y se oía:
«Pastorcito, pastorcito, no me dejes de tocar, que mi hermano me mató por la flor de lililá”
La gente salía a los balcones y a las puertas y le tiraban muchas perras.
— Anda, sube, que se lo cantes a mis niños— le pedían las mujeres.
Y seguía tocando: Pastorcito, pastorcito no me dejes de tocar, que mi hemano me mató por la flor de lililá”
Mira por donde, un paje real que andaba por allí oyó la cancioncilla y empezó a sospechar. Conque le dice al pastorcillo:
— A ver, niño, toca, toca, que yo te oiga.
Y se oyó: Pastorcito, pastorcito, no me dejes de tocar, que mi hermano me mató por la flor de lililá”
Y va entonces y le dice:
— Mira, pastorcillo, ¿quieres venir conmigo a que el Rey te oiga?. Seguro que te va a dar mucho dinero.
Conque después de subir las escaleras del Palacio el Rey le dice que toque. Y se oyó: Pastorcito, pastorcito, no me dejes de tocar, que mi hermano me mató por la flor de lililá”.
El Rey, intrigado, va y le pregunta:
— Oye, ¿dónde te has encontrao tú esa flauta?
– En el campo
— ¿Hace mucho que la has cortao?
— No —mintió el pastorcillo lleno de miedo—. Fue esta mañana.
Conque el Rey va y le dice a un paje:
— Anda, dile a mi hijo que venga, que quiero que oiga esta canción.
— ¿Qué quieres, padre?
— Mira lo que canta este niño. Toca, pastorcillo. Y se oyó: Pastorcito, pastorcito, no me dejes de tocar, que mi hermano me mató por la flor de lililá”.
— A ver, tócala tú, pidió el rey a su hijo.
— ¡No, padre, no!
— ¡Sí, tócala!
Cogió la flauta y se oyó: Hermanito, hermanito ! no me dejes de tocar, que tú me mataste por la flor de lililá”.
El Rey, con los ojos llenos de lágrimas, ordenó:
— ¡Sigue tocando! Y se oyó: Hermanito, hermanito, no me dejes de tocar, que tú me mataste por la flor de lililá”.
El Rey, con gran dolor, se dirigió a su hijo:
— Ahora te quito la Corona y te hago un mendigo, pero dime antes dónde enterraste a tu hermano.
Fueron al campo, lo desenterraron y vieron que no lo había terminado de matar. Lo llevaron a un médico y lo curaron. Más tarde lo hicieron Rey y al culpable, un mendigo. Y, colorín, colorao, este cuento se ha terminao.
32- A miña sobriña cantaballe aos meus fillos:
La chata Merenguela
güi, güi, güi
como es tan fina,
trico trico trí
como es tan fina lairón
lairón, lairón lairón.
Se pinta los colores
güi, güi, güi
con brillantina
trico trico trí
con brillantina lairón
lairón, lairón lairón.
Y su madre le dice
güi, güi, güi
quítate eso
trico trico trí
quítate eso lairón
lairón, lairón lairón.
Que va a venir tu novio
güi, güi, güi
a darte un beso
trico trico trí
a darte un beso, lairón
lairón, lairón lairón.
Mi novio ya ha venido
güi, güi, güi
ya me lo ha dado
trico trico trí
ya me lo ha dado
lairón, lairón, lairón, lairón.
Y me ha puesto el carrillo
güi, güi, güi
muy colorado
trico trico trí
muy colorado
lairón, lairón, lairón, lairón.
33- Yo le cantaba así : Yo soy la cabra montesina que sube por montes y valles y como los niños a pares !
Éste conto enteiro é así:
Había una vez una madre que tenía tres hijas. Una tarde estaban las cuatro sentadas en el salón cosiendo y remendando muy alegres, hasta que se les acabó el hilo y la madre le dijo a su hija mayor:
– Hija sube al desván y trae un poco más de hilo.
La hija mayor subió las escaleras del desván y al llegar arriba se encontró con una cabra, era la cabra montesina que le dijo:
– Soy la cabra montesina que vive en monte pelao’, si te pasas de la raya ¡te comeré de un bocao’!
La niña no le hizo caso, se pasó de la raya, así que la cabra de un solo bocado se la comió.
Como pasaba mucho tiempo y la hija mayor no llegaba con el hilo, la madre le dijo a su hija mediana:
– Hija sube al desván y mira qué le ocurre a tu hermana y de paso trae un poco más de hilo.
La hija mediana subió las escaleras del desván y al llegar arriba se encontró con la cabra montesina que le dijo:
– Soy la cabra montesina que vive en monte pelao’, si te pasas de la raya ¡te comeré de un bocao’!
La niña no le hizo caso, se pasó de la raya, así que la cabra de un solo bocado se la comió.
Como ninguna de las dos hija bajaba la hija menor le dijo a su madre:
– Madre, ¿quieres que suba a ver qué ocurre con mis hermanas?
– No hijita, ya subo yo. Espera aquí.
La madre subió las escaleras del desván y al llegar arriba se encontró con la cabra montesina que le dijo:
– Soy la cabra montesina que vive en monte pelao’, si te pasas de la raya ¡te comeré de un bocao’!
La madre no le hizo caso, se pasó de la raya, así que la cabra de un solo bocado se la comió.
La hija menor escuchó a la cabra montesina y al comprender que la cabra se había comido a su madre y a sus dos hermanas se echó a llorar y salió a la puerta de su casa para ver si alguien la ayudaba.
Al poco rato pasó por allí un soldado, que al ver a la niña llorando le preguntó qué le pasaba. La niña le contó todo lo ocurrido, entonces el soldado muy valientemente dijo:
– ¡No te preocupes niña! yo subiré al desván a buscar a tu madre y a tus dos hermanas.
El soldado subió las escaleras del desván y al llegar arriba se encontró con la cabra montesina que le dijo:
– Soy la cabra montesina que vive en monte pelao’, si te pasas de la raya ¡te comeré de un bocao’!
El soldado no le hizo caso, se pasó de la raya, así que la cabra de un solo bocado se lo comió.
La niña pequeña que estaba abajo escuchando todo lloró con mayor desconsuelo al ver que el soldado también había sido devorado por la cabra montesina.
Al poco tiempo pasó por allí una hormiguita que al ver a la niña llorando tan triste le preguntó:
– Oye pequeña ¿Qué te pasa, por qué lloras?
La niña le contó a la hormiga todo lo que había pasado, entonces la hormiguita muy valientemente le contestó:
– No te preocupes, yo subiré y traeré a tu madre, hermanas y al soldado.
– ¿Pero cómo? eres muy pequeñita, no podrás lograrlo.
– Descuida, la distraeré. Lo único que te pido es que me des algún regalo de comer para llevar a mi hormiguero.
– ¡Desde luego! arriba en el desván hay un gran saco de trigo, puedes llevarte todo el trigo que necesites.
La hormiguita subió las escaleras del desván y al llegar arriba se encontró con la cabra montesina que le dijo:
– Soy la cabra montesina que vive en monte pelao’, si te pasas de la raya ¡te comeré de un bocao’!
Pero como la hormiga era muy pequeñita se coló por un lado y se subió por una pata de la cabra montesina y se puso a hacerle muchas cosquillas. La cabra comenzó a reir y reir tanto que reventó y dejó salir a la madre, las hijos y el soldado que estaban atrapados en su panza.
Así que todos celebraron muy felices y la hormiguita valiente se fue muy contenta a su hormiguero con sus granitos de trigo.