DÚAS MULLERES DE MEÁN MORTAS POR UN RAIO
Unha nova visita.
A nosa veciña esperaba por min sentada no sofá, seguramente preguntándose que era o que eu quería dela, seguro que pensaba que á súa idade non tiña nada que contarme que puidese ser importante para min.
Saudeina, e o primeiro que me dixo foi precisamente iso, que non sabía que ía querer dela, eu expliqueille o que estou facendo e díxenlle que seguramente tería moitas cousas que sucederon ao longo da súa vida que serían interesantes que se superan para os veciños e veciñas da parroquia.
-Juan, eu non teño nada que contarche que valga a pena, e si o teño non me acordo, son tantos anos os que teño encima miña…
-Bo, seguro que algo terá que contar, tranquilícese, eu ireille recordando algún sucedido, seguro que vostede o recordará enseguida.
-Non se que dicirche, a ver que cousas vasme a preguntar, sabe Dios…
-Pois ala vai a primeira, a ver si recorda este feito:
-Fai moitos anos sucedeu un feito terrible, morreron dúas mulleres e unha nena quedou cega dun ollo, as noticias que teño din que foi debido a un raio, recorda algo dese suceso ?
-Si, recordo iso polo que me contaron os maiores, sucedeu polo mes de Maio, creo que foi un oito de Maio, quizais o dia dez, eu aínda non nacera. Pero fora moi comentado e debido ao que pasou, cando había tormenta a xente maior asustábase moito e recordaban o tráxico suceso, todos metíanse na súas casas e gardaban o gando, foi unha desgraza enorme, quedou muito medo metido no corpo.
Eran dúas irmás, unha era a nai de Fina A Calleja e a outra a avóa de Emilia A Perrechica, de apelido Tilve Paz, con elas estaba a filla dunha delas, de Emilia, chamábase Dolores e a recordo perfectamente, a pobre quedou sen cella.
O suceso ocorreu no lugar que coñecemos por Os Mouchos, nunha leira da familia de Clara. De súpeto comezou unha tormenta e fóronse a abrigar a un carballo que había preto, un raio fulminounas, morreron as dúas irmás e a nena quedou gravísima de un ollo.
Cando os veciños decatáronse do suceso comezaron a pedir auxilio, ao cabo dun tempo viñeron buscalas, e xa non se podía facer nada por elas.
Á nena eu a recordo perfectamente, aínda que tiña uns anos máis ca min, temos xogado xuntas, tiña o que é a zona da cella toda caída, do ollo quedoulle visión, pero tiña aquilo todo desfeito.
Hai que desgraza! e a pobre vaca tamén morta, polo que me contaron estaba toda inchada.
(Deste recordo que me comentou a veciña, póñovos agora a noticia que publicaron varios xornais) :
EL CORREO GALLEGO (12/ MAYO/1913)
EFECTOS DE UN RAYO
DOS MUJERES MUERTAS
A las diez de la mañana del sábado ocurrió en la inmediata parroquia de Cerponzones, Pontevedra, un hecho que llenó de dolor a dos familias e impresionó grandemente á aquel vecindario.
En el monte nombrado Meán, hallábanse a dicha hora apacentando una vaca y una ternera las labradoras Rosa Tilve Paz, de 60 años, y Emilia Tilve Tilve, de 45 . Con ellas, estaba la niña de siete años Dolores Paz Tilve, hija de la última.
Como empezase a llover, refugiaronse todas en una robleda que allí existe, llevando también el ganado.
Momentos después y cuando menos se esperaba, una chispa eléctrica cayó precisamente en el árbol a cuyo pie estaban las referidas mujeres.
Rosa y Emilia, sufrieron los más terribles efectos de la descarga. Ambas quedaron muertas en el acto con los cuerpos completamente carbonizados.
La vaca que Rosa sostenía por una cuerda, murió también.
El rayo dejó ciega del ojo izquierdo a la pobre niña que llena de terror apenas si se daba cuenta de la magnitud de la desgracia.
Apercibidas de lo ocurrido varias mujeres que venían hacia la robleda, dieron voces de auxilio, no tardando en reunirse en el monte de Meán buen número de personas.
Al mediodía llegó un hombre a Pontevedra con la noticia.
Seguidamente salió para Cerponzones el médico Sr. Rubido y una sección de la Cruz Roja con dos camillas mandadas por el sargento Lores.
También se trasladaron al indicado punto el activo juez de instrucción señor Giráldez y el escribano señor Montes, ordenando el levantamiento de los cadáveres que aparecían casi juntos echados en tierra.
Al verificarse esta operación, estaba presente otro hijo de la Emilia, llamado Manuel, de 16 años de edad, que gritaba y lloraba amargamente.
La escena desarrollada en aquellos instantes ha sido tristísima y en ella tomó parte todo el vecindario.
Rosa estaba casada con Manuel Paz Barreiro y tiene dos hijos Benito y Cándido, que residen en América.
Emilia es viuda.
Los cadáveres fueron conducidos al depósito de San Mauro, donde le practicaron ayer la autopsia dos médicos.
Diario Palentino, 12 de Mayo del año 1913
Dos mujeres muertas por un rayo.
A las 10 de la mañana ocurrió en la inmediata parroquia de Cerponzons…
En el monte nombrado cómo Mean, hallándose a dicha hora apacentando una vaca y una ternera las labradoras Rosa Tilve Paz, de 40 años y Emilia Tilve Tilve, de 45. Con ellas estaba la niña de siete años Dolores Paz Tilve, hija de la última.
Cómo empezaba a llover, refugiaronse todas en una robleda que allí existe, llevando también el ganado.
Momentos después y cuando menos se esperaba, una chispa eléctrica cayó precisamente en el árbol a cuyos pies estaban las referidas mujeres.
Rosa y Emilia sufrieron los más horribles efectos de la descarga. Ambas quedaron muertas en el acto, con los cuerpos totalmente carbonizados.
La vaca que Rosa sostenía por una cuerda, murió también.
El rayo dejó ciega del ojo izquierdo a la pobre niña, que llena de terror, apenas si se daba cuenta de la magnitud de la desgracia.
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No xornal EL REGIONAL, comentan de esta forma o suceso :
UN RAYO MATA A DOS MUJERES Y LESIONES A UNA NIÑA.
Pontevedra 10.- Hoy a la mañana, ha caído sobre esta población una tormenta formidable, la cual también se extendió hacia las cercanías.
En el lugar de Cerponzones, perteneciente al Ayuntamiento de Pontevedra, distante unos diez kilómetros de esta ciudad, fué donde el paso de la tormenta dejó terribles huellas.
Hallábanse en el campo custodiando ganado, Emilia Tilbe, de cuarenta y cinco años, con su hija Lola, niña de pocos años. Con ellas estaba la anciana de sesenta años, llamada Rosa Tilbe.
Huyendo de la tormenta corrieron á refugiarse bajo la copa de un árbol.
Un rayo deshizo éste y mató a Emilia y á Rosa.
La niña recibió lesiones en la cara de alguna consideración.
Los cadáveres de las dos infelices mujeres, igual que la vaca, quedaron carbonizados.
El juzgado de instrucción en cuanto tuvo aviso de lo ocurrido salió para el lugar del triste suceso.
También acudieron allí los camilleros De la Cruz Roja, con objeto de prestar sus humanitarios servicios.
Al conocerse la desgracia en las parroquias cercanas, acudieron al sitio en que ocurrió aquella, multitud de personas, donde se desarrollaron desgarradoras escenas.