Cando nalgún momento preguntamos cómo nacería o nome da nosa parroquia, encontrámonos varias versións, hai quen nos di que procede debido á forma do Río Rons, outros nos comentan que foi debido a que o lugar estaba invadido de serpes, outros que foi debido a unha tribu, en fin, que non sabemos exactamente si foi debido a un trazo físico do lugar, ou ben si estabamos invadidos de ofidios, ou si houbo un grupo de habitantes que viviron fai muitísimos anos por estes lares é seica recibían o nome de Saefes ou Sefes.
Imos ver…
Un pouco antes do Século VI a.C. na nosa terra estaban situadas unha serie de tribus que se coñecían como os oestrimnios de Iberia, nun momento determinado houbo un desprazamento de pobos nesa época, foron desprazados por unha “praga de serpes” que os expulsaron. Esta ” praga de serpes” eran os pobos celtas, encarnados nos Cemposos, Saefes, Lucis e Draganos, que foron botando aos oestrimnios, renombrando as terras como Ofiusa (terra de serpes).
Os Saefes foron os que se instalaron en Galicia e Portugal, traendo consigo a cultura de ter como animal totémico á serpe.
D. Manuel Miguez, cura da parroquia de Cerponzóns, escribía polo ano 1997 en relación a procedencia do nome da parroquia, o seguinte :
El origen es claramente latino . El verbo ” Serpo ” significa ” serpear , reptar ” . De ahí el nombre de ” Serpiente ” . Por tanto el nombre de la Parroquia está asociado de algún modo con el tema ” serpiente ” . Sería aventurado deducir una conclusión más concreta , si bien cabe hacer especulaciones en relación con este asunto y ciertos pueblos del Noroeste de España en la época preromana .
Conocemos el nombre de un grupo celta denominado ” Sefes ” , derivado luego en ” Serpes ” , pero no es seguro que el nombre existe al menos desde la época romana y que identifica a un territorio concreto y a sus pobladores , ” Los Serpentiones ” , distinguiéndolos de sus vecinos con esa denominación. Los Serpentiones eran por tanto el grupo humano que poblaban esta comarca y dieron su nombre a la misma. En el terreno de la hipótesis cabe pensar que podían proceder de un antepasado famoso : ” Sepentius ” , o quizá que la Serpiente era el animal totémico de este grupo ; sin excluir la posibilidad del citado pueblo celta de los ” Sepes ” .
Investigando sobre os “Sefes” fun encontrando varios artigos, un deles escrito por Javier Torres, publicado en Celtiberia :
Los Saefes fueron un pueblo de la edad del hierro que habitó el sur de Galiza y Portugal.
La primera referencia acerca de la presencia de los Saefes en Galiza la hallamos en el poema de Rufo Festo Avieno, ora maritima, en concreto cuando hablando de los Oestrymnios (loca et arva Oestrymnios habitantibus), narra como éstos fueron expulsados de sus tierras por una invasión de serpientes.
Las tribus que en la edad de bronce aparecen en la región del Rhin y Suiza, cuya cultura se conoce como la de los campos de urnas, debido a la incineración de los cadáveres y la colación de las cenizas en urnas que eran enterradas en fosas sin túmulo, comienzan a invadir el valle del Ródano y ocupan el centro y sur de Francia. Estos pueblos de la cultura del Hallstadt llegan a España alrededor del 900 a. de. J.C. a través de los Pirineos, lo que se atestigua por la presencia de restos de necrópolis de urnas en Catalunya, que se han atribuido a los Belendi y Beribraces.
El profesor Bosch Gimpera mantiene que existió una oleada que, en siglo VII a. de. J.C., trae a la península un tipo de cerámica decorativa cuyos restos se hallaron en el valle del Ebro. Terminada la primera edad del hierro, surge la segunda en el período de La Téne. Las tribus célticas del sur de Alemania, con sus armas de hierro, vencen a sus vecinos y comienzan a expandirse hacia el sur llegando hasta la Galia, Britania y la Península Ibérica.
Hacia el 600 a. de. J.C , los Saefes llegan al convento bracarense, a ambas márgenes de la cuenca del río Miño en Galiza y Portugal, zona con una población de unos doscientos setenta y cinco mil habitantes. A partir de ese momento, Oestrymnia pasó a ser denominada Ophiusa y la cultura del bronce de los pueblos que habitaban Galiza, dió paso al desarrollo de la metalurgia del hierro. Por otra parte, comienza un proceso de mezcla con la población indígena surgiendo así diversas tribus y clanes diferenciados, que según Plinio mantenían frecuentes luchas entre ellos, produciéndose un gran número de bajas debido a la elevada densidad de población.
Los Saefes deben su nombre a los romanos por tener a la serpiente como animal totémico, la cual representa su poder guerrero y dios nacional. En Portugal vivían los Lubaeni (Monçao), Turodi y Nemetati (Chaves y Braga), Luanci (Tras os Montes) y los Caelerini (Beira Alta). Entre las tribus saefes gallegas destacan los Grovios, que habitaba desde Tui hasta la costa sur de la ría de Arousa, los Narbasios, que vivían en Ourense, los Bibali de Viana do Bolo, los Limici de A Limia y los Quacerni de Baños de Bande.
La existencia de cultos ofiolátricos en los castros galáico-portugueses viene atestiguada por las representaciones de serpientes en varios castros saefes, como el de Baldoeiro en Tras os Montes (Portugal), las del castro de Penalba, en Campo Lameiro (Pontevedra), o la serpiente en posición heráldica del castro de A Troña, en Ponteareas (Pontevedra), habitado este último desde el siglo IV al II a. de J.C (existen dataciones con carbono 14).
Cuenta Estrabón que los celtas galáico-portugueses adoraban a un dios sin nombre al que veneraban en noches de luna llena cantando delante de sus casas. Según este autor, los lusitanos eran grandes adivinos y decía Estrabón que había leído a los autores antiguos que los celtas que poblaban Galiza eran ateos y que adoraban a las fuerzas de la naturaleza.
Sin embaro, autores romanos hablan de más de un panteón galáico de más de sesenta dioses, destacando dos deidades supremas: Candiedo y Decertios, ambas de carácter solar. Otro dioses eran Cariociecus o Bodus (Dios de la guerra), Cosus, Aernus, Edovius (dios de las aguas termales de Caldas de Reis), Tameobrigus, Banduaetobrigus, Poemana (diosa adorada en Lugo), y Bandua, nombre casi idéntico a Bandia, la Dama Blanca de las mitologías indoeuropeas.
Este carácter indoeuropeo de la cultura castreña gallega se aprecia también en los motivos solares como trískeles, tetraskeles y esvásticas, destacando entre las representaciones de esvásticas y tetraskeles los del castro portugués de Briteiro, los de Santa Tegra y A Troña, y el grupo de petroglifos de Portela da Laxe, en Cotobade.
Outra referencia :
El Camino de Santiago es una ruta muy anterior al cristianismo. No podemos saber cuándo comienza a recorrerse, pero sí conocemos algunos pueblos de la antigüedad que lo hicieron. Contamos con el testimonio de Rufo Festo Avieno, que en su “Ora marítima”, cuenta cómo los Oestrymnios, uno de los pueblos que habitaban la Galecia, fueron expulsados por una invasión de serpientes.
¿Serpientes? En realidad no se trataba de ofidios sino de personas. Así eran conocidos por los romanos, los Saefes, pueblo procedente del sur de Alemania cuyo animal totémico era una serpiente y que en su viaje hacia el oeste fueron siguiendo la ruta que marcaba la Vía Láctea, la gran serpiente celeste que era la que guiaba su vida espiritual.
Hacia el año 600 ac, los encontramos instalados en las dos márgenes de la cuenca del río Miño en Galecia y Portugal, zona con una población de unos doscientos setenta y cinco mil habitantes. A partir de ese momento, Oestrymnia pasó a ser denominada Ophiusa (tierra de serpientes) y la cultura del bronce de los pueblos que habitaban Galecia, dio paso al desarrollo de la metalurgia del hierro. Como es lógico, comienza un proceso de mezcla con la población indígena del que surgen nuevos clanes y tribus que, según cuenta Plinio, luchan frecuentemente entre ellos.
También es el momento en que proliferan los petroglifos que representan serpientes. Aparecen en los castros de Baldoeiro en Tras os Montes (Portugal), la serpiente en posición heráldica del castro de A Troña, en Ponteareas (Pontevedra), o en el de Penalba en Campo Lameiro (Pontevedra) entre otros muchos. Siempre en lugares dedicados al culto.
En el caso de Penalba, hay dos serpientes copulando, lo cual serviría para “justificar” el uso que se le ha dado a la roca durante siglos. A ella acudían las parejas estériles llevando un cuenco de leche para alimentar a las sierpes y, como ellas, copular para tratar de conseguir el tan deseado descendiente. La posición para esto último es casi de equilibrismo, porque se encuentra al borde de un desnivel de cierta importancia y cualquier movimiento en falso podría acabar con la pareja rodando monte abajo.
Con respecto a los saefes contamos con testimonios escritos y con restos arqueológicos que prueban su viaje siguiendo esta ruta. Sin embargo, podemos imaginar, sin riesgo a equivocarnos mucho, que otros pueblos siguieron a la Vía Láctea hasta su fin en Fisterra y debieron regresar para contarlo, trazando así un camino que siempre ha tenido una motivación espiritual, aunque haya cambiado la denominación y el rostro al que se le dedica.
Hai investigadores que din que o culto á serpe debeu ser anterior á posible chegada dos sefes celtas, en leste ligazón temos un exemplo :
Parte da información foi encontrada nestas ligazóns:
https://celtiberia.net/es/biblioteca/?id=3085&cadena=Saefes
https://buencaminoasantiago.wordpress.com/tag/los-saefes/
https://www.celtica.es/oestrimnios-plagas-de-serpientes-y-dragones/